Steve Paxton es conocido como el creador del Contact Improvisation. Este bailarín estadounidense pertenecía al campo de la danza moderna, y junto con otros bailarines comenzaron a investigar la danza como medio de comunicación por el contacto. Como una práctica para restaurar el lazo social roto y para demostrar que era posible comunicarse con el otro por medio del contacto, de la piel. Para demostrar que era posible que el otro recaudara información del estado de su compañero bailarín por el simple hecho de mantener un contacto continuo, fluido, del cual surgiera una “pequeña danza”. Con respecto a esto Paxton decía que “la piel es la mejor fuente de imágenes, ya que trabaja en todas las direcciones a la vez”.
Esto se fue gestando por allá, a mediado de los años sesenta, en Estados Unidos. De esos años de los cuales conocemos los movimientos políticos y sus consecuencias de rebelión. En la música, el apogeo del Rock´n Roll, y sus consecuencias. En lo social, fueron esos años de “Amor y Paz”, que todos conocemos. Pero ¿en la danza?. Pocos conocemos que en la danza también hubo rebeliones, y que un grupo de gente liderada por un hombre llamado Steve Paxton decidió también poner su granito de arena en los movimientos “rebeldes” de la época, y de lo cual surgió esta Danza de Improvisación en Contacto. De hecho, fusionaron sus conocimientos en danza moderna con técnicas de Aikido y Tai Chi Chuan. De ahí la opinión de muchos que observan bailar contact de que es mitad danza y mitad arte marcial.
Este grupo de gente trató hasta de quebrantar leyes naturales. Se rebeló contra nuestro gran Newton. Contra su Ley de Acción y Reacción. La esencia de su improvisación reside en descubrir que es posible superar esta tercera Ley de Newton descubriendo que para cada acción ejercida por un cuerpo existe no solo una reacción igual y opuesta en el otro cuerpo sino que para cada acción son posibles varias y diferentes reacciones iguales y opuestas. Entonces, cuando una manzana cayó sobre su cabeza, Isaac Newton se inspiró para describir las tres leyes del movimiento. Muchos años después un grupo de personas investigaría como se siente ¡ser la manzana!
Por eso es que podemos destacar cuatro elementos técnicos básicos en el Contact.: caídas, inversiones, giros y apoyos. Y en lo que se refieres a las bases perceptivas que son igual o más importantes: equilibrio, tacto y visión periférica.
Elementos técnicos característicos:
- Los apoyos se basan en la recepción y donación de peso entre las zonas corporales más variadas.
- Las caídas se describen como transferencias verticales de peso entre distintas zonas o del cuerpo del compañero al suelo; así, las caídas bien hechas transforman el momentum vertical en desplazamiento horizontal.
- Los giros, en tanto movimientos continuos, permiten enlazar los distintos apoyos en torno al cuerpo del otro como eje.
- En las inversiones se producen cambios de referencia postural con pérdida del contacto de los pies con el suelo.
Las bases perceptivas:
- El equilibrio implica un ajuste permanente de los receptores situados en el oído así como en las articulaciones. En este caso, a diferencia de otras técnicas de movimiento, el equilibrio es siempre relativo a la parte del cuerpo que soporta el peso, ya se trate del pie, del hombro, de la espalda o de la cabeza.
- El tacto es uno de los sentidos claves que se utilizan en el Contact; "La piel es la mejor fuente de imágenes porque trabaja en todas las direcciones a la vez". Los bailarines utilizan el tacto para comunicar informaciones sobre su estado y el contacto con el suelo permite a cada pareja tomar conciencia del peso. Solo hay que respetar una regla: las manos no pueden utilizarse para establecer el contacto.
- La visión periférica nos permite situarnos y reorientarnos constantemente respecto del exterior.
Para favorecer este funcionamiento perceptivo se incide en el interés de la relajación como un estado que ayuda a la adquisición de la plena conciencia, pues la tensión tiende a enmascarar la sensación.
Paxton se refiere a agujeros de conciencia -se podrían corresponder con las fases ciegas o pérdida de figuras descritas en otras actividades acrobáticas como momentos en los que se desvanece la conciencia, como si lo que ocurre fuera demasiado rápido para el procesamiento mental. Así, el espacio se atraviesa normalmente con la cabeza elevada y con impresiones visuales constantes; de hecho, la línea que marca el horizonte es la primera referencia para nuestra orientación y cuando las referencias visuales cambian demasiado rápido para que nuestra conciencia pueda comprender el cambio y adaptarse (como en las piruetas o los volteos), se producen agujeros de conciencia.
Es preciso tener en cuenta, además, que en el Contact los requerimientos perceptivos propios de la actividad acrobática -constante adaptación sensorial a los giros y a la inversión- se acentúan en la medida en que existe una total imprevisión respecto del movimiento que se va a realizar. En esto se diferencia precisamente el Contact de otras actividades acrobáticas de contacto, se desafía constantemente la orientación visual, direccional, de equilibrio y concerniente al lugar de la conciencia en el cuerpo.
Y aunque parezca muy fácil, libre y bonito, la mayoría de las veces el proceso de aprendizaje en el Contact es lento. ¿Porqué?. Los docentes de esta danza nos enfrentamos siempre a la misma piedra: el lento proceso de adaptación de las personas al CONTACTO FÍSICO y a la utilización del CUERPO DEL OTRO como medio físico para el propio movimiento.
Somos personas. Y como tales, estamos programados. Para No Tocar, para No Caer, para no Dejarnos Ser. La buena noticia es…que luego de superada esta piedra, la sensación es fenomenal, inexplicable. Y termino esta nota con palabras del propio Steve Paxton cuando en una entrevista le fue preguntado si el Contact era una práctica espiritual y que función tiene en la sociedad. He aquí su respuesta: “Toda danza es una práctica espiritual (debido a la conciencia momentánea). Es por esto que la iglesia ha expulsado la danza como arte religioso acreditado. Más allá de que sea o no una práctica espiritual, es un juego que requiere dos personas para ganar. Habiendo comenzado en centros urbanos intervino en la alterada vida física de los habitantes/prisioneros. Propagándose, llenó el vacío impuesto por la sociedad. La sociedad tiene la necesidad de influenciar el cuerpo físico de sus miembros. Desatado el nudo de regimentación y reglamentación, se libera un potencial antiguo, periférico, desconocido, impenetrable y familiar.
Fuentes: http://blogs.montevideo.com.uy
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