DANZA CLÁSICA Y POLE DANCE: TÉCNICA, CONTROL, ELEGANCIA Y ARMONÍA EN LOS MOVIMIENTOS.
La técnica de la danza clásica es utilizada como base de casi todos los trabajos corporales artísticos y/o deportivos ya que de ella se obtiene el control y la potencia que posibilita la libertad y belleza en el movimiento, así como la capacidad de provocar y dominar los cambios más diversos de direcciones y equilibrios.
Los principios generales del ballet clásico incluyen los conceptos de alineación, rotación, distribución del peso, postura, transferencia del peso, colocación, elongación, compensación, aplomo y equilibrio. Gracias a todo este trabajo, el cuerpo llega a tener la habilidad de moverse con el mayor grado posible de rapidez, control, agilidad, gracia y ligereza.
“La bailarina clásica es el modelo aéreo de la mujer”, afirma la psicoanalista francesa France Schott Billmann, autora del libro “Le besoin de dancer” (La necesidad de bailar). Según las palabras de esta experta, la bailarina clásica se estira hacia el cielo, urgida por una continua búsqueda de verticalidad. “Es la necesidad de elevación la que prima, y como resultado de ello la bailarina busca siempre aumentar el espacio entre cada vértebra. De ahí su porte tan particular”.
Por todo ello se puede decir que el ballet funciona como un medio para escapar a la pesadez y lograr que el cuerpo de la bailarina se eleve con ligereza. Por lo tanto no es difícil imaginar los numerosos beneficios que la práctica de la danza clásica puede aportar a una disciplina como el pole dance en la que al combinar la danza y la acrobacia se pueden ver figuras y movimientos que parecen desafiar la gravedad y nos crean una sensación visual en la que parece que la bailarina está flotando en el aire.
La práctica del pole dance precisa una combinación de técnica, fuerza y control corporal que se ve muy beneficiada también de la danza contemporánea ya que ésta le puede aportar la fluidez en los movimientos de una acrobacia a otra así como en las transiciones que se realizan en el suelo de una barra a otra.
En resumen podríamos decir que con la danza clásica y la danza contemporánea se adquieren habilidades y técnicas que pueden aportar numerosos beneficios para la práctica del pole dance, tales como:
- Desarrollar la fluidez en las transiciones.
- Se adquiere estabilidad en los movimientos.
- Se fortalece el núcleo del eje corporal.
- Se aprende a dirigir la energía y pasión en el baile.
- Corrige la postura y ayuda a evitar lesiones en la espalda.
- Contribuye a esculpir, alargar y fortalecer los músculos (los flexores de la cadera, los glúteos, las caderas y cuádriceps para levantar las piernas más alto)
- Mejora la estética y el estilo ya que aporta la técnica para ejecutar y finalizar los movimientos limpios y con elegancia.
- Se desarrolla la conciencia corporal y la flexibilidad.
- Ayuda a potenciar el carácter más expresivo del pole dance, ya que responde a la necesidad del bailarín de encontrar un punto de encuentro artístico entre los movimientos de la barra y el suelo.
Por todo ello, se puede considerar el ballet como una de las formas más bellas de desarrollar el cuerpo, la fuerza y de ser capaz de utilizar las habilidades y técnicas de danza en otras formas de danza como el pole dance.
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