martes, 22 de octubre de 2013

Historia del Claqué o Tap Dance

Aprovechando que empiezan las clases regulares de claqué en Flow (los viernes a las 21:30h) os dejamos aquí la historia de este baile tan divertido y enérgico en el que no basta con seguir el ritmo ¡también hay que crearlo!
El claqué, o tap dance, es un tipo de baile que se caracteriza por usar el sonido de los zapatos contra el suelo como instrumento de percusión. Por tal razón, el claqué, también es considerado una forma musical. Hay dos tipos de claqué: El Jazz Tap y el Broadway Tap.

Este último, el Broadway Tap, se centra más en la danza y es utilizado, sobre todo, en el ámbito del teatro musical. Y el Jazz Tap se centra más en crear música a base de la percusión producida por los zapatos; estos zapatos tienen un acabado distinto a cualquier otro, ya que constan de dos placas de metal: una en la punta, y otra en el tacón. Estos zapatos, por muy raros que parezcan, se pueden comprar casi en cualquier tienda de baile.
Se cree que el claqué comenzó en el siglo XIX durante el auge de los espectáculos juglares. En estos mismos espectáculos había muchas personas de raza negra que se pintaban la cara, más oscura de cómo la tenían, y se dedicaban a bailar claqué. El ejemplo más claro es William Henry Lane, que fue uno de los primeros artistas negros que llegaron a integrar en un grupo de juglares y en la actualidad es ampliamente conocido como el antepasado más importante del claqué.
A medida que los espectáculos de los juglares crecían en popularidad el claqué lo hacía con ellos, hasta que se hizo conocer la regla de los colores; regla que no permitía a los artistas negros bailar y/o actuar en solitario. Esta norma dio lugar a la famosa pareja “Buck and Bubbles” que fue formada por John Bubbles y Ford Buck. Este dúo comenzó a bailar claqué con trajes impecables o esmoquin, y desde entonces se ha convertido en una rutina muy común en estos tipos de baile: tanto en el Jazz Tap como en el Broadway Tap.
Bill Robinson, un artista negro que solía bailar a dúo con George W. Cooper, dio un vuelco a la situación actual haciendo una representación de claqué en solitario. A pesar de que ver a un hombre negro bailar en solitario en esa época era extraño, tuvo una enorme oleada de reconocimientos, y pronto comenzó a bailar en películas famosas a escala mundial en las que solía tener un papel con gran liderazgo y protagonismo, sobre todo trabajo con la compañía llamada Shirley Temple.
En las producciones actuales de películas se utilizan nuevos métodos para captar, amplificar y recrear el sonido de la grabación; el uso de micrófonos inalámbricos en los zapatos de los bailarines es una técnica muy usada, ya que es la más exacta a la hora de capturar el sonido del baile en la grabación.
Y dicho esto solo queda hablar del premio “No Maps on My Taps” (No hay mapas en mis pasos) un premio Emmy que ganó un documental de la PBS en 1979 que ayudó a iniciar el reciente renacimiento del claqué en los últimos años. El gran éxito de la reconocida película de animación Happy Feet ha reforzado aún más el atractivo de esta danza.
Volviendo unos párrafos atrás recordamos al solista Bill Robinson cuyo cumpleaños es el día 25 de Mayo, fecha la cual es reconocida por el presidente George Bush como Día Internacional del Claqué. Un perfecto día para recordar a bailarines de claqué tan brillantes como pueden ser: Brenda Bufalino, los hermanos Clark, Savion Glover, Gregory y Maurice Hines, LaVaughn Robinson, Jason Samuels Smith, Chloe Arnold y Dianne “Lady Di” Walker entre muchos otros.
 
“El bailarín del futuro será aquel cuyo cuerpo y alma hayan crecido tan armoniosamente juntos, que el lenguaje natural del alma se habrá convertido en el movimiento del cuerpo humano”
Isadora Duncan, Bailarina



 

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