lunes, 28 de diciembre de 2015

Pole Dance, ¿arte o deporte?


El COI estudia su inclusión en los Juegos Olímpicos

Miles de "poleras" y "poleros", federaciones por todo el mundo y hasta un campeonato mundial. El Pole Dance reclama su espacio como disciplina deportiva alejándose cada vez más del cliché del streptease.


A años luz de la imagen sensual con la que la asociamos tradicionalmente el baile en barra, la disciplina del “pole” combina danza y acrobacia, exigiendo el máximo al cuerpo, y atrae cada vez más adeptos en todas las ciudades del mundo. Se trata de un deporte en el que cada día mujeres -y cada vez más hombres- luchan por conseguir un movimiento nuevo, un agarre imperceptible, otro giro más y que el cuerpo lo aguante, si puede.

Lejos de estampas como las que recordamos de Streptease con Demi Moore, miles de chicas trepan cada día al salir de sus trabajos por barras de tres a cinco metros, no con la intención de seducir de un a hombre, sino para realizar increíbles acrobacias que te pueden dejar perplejo. Es un ejercicio en el que se trabaja fuerza, flexibilidad, control corporal y danza.

Quizás para nosotros los vídeos más reconocibles sean los virales de Eda Marbury (Eda’s Climb To The Top), que ha perdido 30 kilos practicando pole dance y se plantea seriamente competir en este deporte. Pero hablamos de comunidades de “poleras” muy cohesionadas que se ayudan entre sí, comentan las técnicas necesarias para sus brincos, y buscan incesantemente en youtube vídeos de todo el mundo con los que inspirarse para nuevos y sorprendentes retos agarradas a una barra.

No hablamos de una moda sino de una disciplina que está luchando por hacerse con un hueco entre las decenas de deportes que integran la Olimpiada, a base de mucho esfuerzo, moratones, quemaduras en la piel, y caídas contra el suelo.


Fuente original:www.lacuartacolumna.com
Autor: Pablo-César Rodrigo Pérez

 

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