miércoles, 26 de junio de 2013

Del culto a los dioses a las discotecas

¿Por qué cuando escuchamos música sentimos la necesidad de movernos? ¿Por qué para bailar es tan necesaria la música? La danza ha utilizado a la música desde siempre como sustento del movimiento y de la expresión corporal. Así lo atestiguan las representaciones iconográficas de las primeras civilizaciones, en las que la música y la danza figuran en la misma escena. Eso nos indica que desde tiempos inmemoriales han existido músicas vinculadas o creadas específicamente para ser bailadas.

La danza tiene unos orígenes inciertos que se remontan a la prehistoria. Las pinturas rupestres parecen indicarnos que nuestros antecesores practicaban algo parecido a lo que hoy denominamos danza o baile. En el abrigo de Cogull (Lleida) un grupo de mujeres aparecen bailando alrededor de un hombre en lo que parece ser un rito de fecundidad o de iniciación. Al parecer las primeras danzas tendrían un componente ritual o mágico y servirían como actos propiciatorios para la caza, la fecundidad, la guerra, etc. 

En la antigua Grecia la danza pasó a ser considerada como un arte y la mitología nos habla de una musa, Tepsícore “La que deleita en la danza”, que inspiraba a la danza, los danzantes, los coros y la poesía que acompañaba al baile. El origen de la danza en Grecia tuvo que ver con el culto a los dioses; por ejemplo, en las celebraciones al dios Diónisos. También el treatro hizo uso de la danza. Las tragedias de Esquilo colocaron a las danzas en un lugar muy importante en la representación dramática. 

Durante el medievo, el baile y la danza tuvo una consideración diferente a la de la Antigüedad clásica debido a la condena de la Iglesia católica que la consideraba un rito pagano. Es cierto que la Iglesia admitía algunas danzas de carácter moralizante, pero fue el reducido ámbito profano el que hizo uso de esta expresión artística. Mientras el pueblo llano utilizaba la danza para la diversión y los rituales sociales, la nobleza empezó a desarrollar ciertos tipos de danza cortesana. Así nacieron las “danzas bajas”, llamadas así porque tenían un carácter lento y elegante y los ejecutantes no tenían que elevar los pies. En la Edad Media surgieron los primeros “aires” o esquemas musicales danza como el branle, el carol, la estampie o el saltarello.

En el Renacimiento la situación cambió considerablemente. Las nuevas concepciones humanistas, que se fueron imponiendo progresivamente sobre el teocentrismo medieval, colocaron a la danza en un lugar privilegiado de la sociabilidad cortesana y aristocrática. En Francia comenzó a desarrollarse el ballet en la corte. En las ciudades italianas se fueron sistematizando una serie de danzas que solían agruparse de dos en dos. En esta época surgieron también los primeros tratados sobre danza, como el de Domenico da Piacenza (c. 1400–c.1476), y las primeras recopilaciones, como la de Thoinot Arbeau (1520-1595).


La puerta estaba abierta. La expresión corporal como expresión de sentimientos, como vías de frustración algunas veces y como expresión artística otras hicieron el resto. Cada baile esconde su propia historia.


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